CUANDO ME ESCRIBES UN POEMA
Amado,
Cuando me escribes un Poema, me abro de piernas y me toco la Raja. Verso a verso arrojo tus palabras a mi Trompa de Falopio como el niño o niña que pone cacahuetes en la trompa del elefante, en el Zoológico.
Te llevo siempre en la punta de mi Clítoris, desde aquel día de pene y gloria en que me la metiste hasta lo más hondo por el arco de tu triunfo, mi entrepierna ; momento en que yo supe de locarnal y guarro eterno ; de ese veneno de serpiente trompeta que retumba y suena enmis grandes labios, en mis pequeños labios, aún hoy día.
Tu pene en mi punto G es tu nariz en la punta de mi Clítoris cuando me le chupas. Mientras arrojabas tu veneno contra el cielo del paladar demi vagina, un helado temblor recorría mis huesos, y la mucosidad de mi vaina salía forzada, lo mismo que ese gozo orgásmico lleno, yo no sé si malo o bueno, que asqueó contra mi cara.
Pienso y peno, Amado. Yo no sé para qué nací. ¿Para ir de pene en pena ? Es infalible, a ti como a mí, nuestro culo nos condena. Pero son posibles, y siempre lo serán. Les gusta holgar y tener amor de lovisible y risibleenestaperífrasis del culo, su ordeño ymando de "tener que joder, aunque no quieras".
¿Qué hago, en qué me ocupo, en qué me encanto ?, como diría el poeta. Loco debes de estar tú, Amado, mientras yo, ahora, me toco el Chumino. Cabrón, te jodes.
- Tu Amada,