Un hombre de mi barrio "El Plantío" mantiene relaciones con una vecina del Barrio de Villalonquejar, en Burgos, a laque ha dado palabra de matrimonio si deja de obligarle a ir a misa, "si no, no hay sexo", como ella le dice, de diez de la mañana en la Cartuja de Miraflores, y a ninguna. "Que si quiere tema, lo haránpor lo civil, nada de por la iglesia", le dice.
Yo le conozco, casi como amigo. Si le preguntas que por qué hace esto con su Pepa, dice que porque es muy chulita, y "espabilá" ;que se pasa tres pueblos ; ademástiene una perrita llamada "Nobleza", y ella tiene muy poco de ésto.Me ha anunciado alguno de subarrio que es muy variable y que su barca se ofrece a gente que sólo sabe ocuparse donde la escuece.
Tampoco le gusta, me dice, porque siempre que le ha hecho ir a la iglesia, le obliga echar limosna en elcepilloo arquilla con su cerraduray una raja estrecha para recoger limosnas, con un letrero que dice "Para salvar del paganismo a los indígenas de las Américas".
Él le dice a ella que eso es una herejía. Que donde esté el Paganismo que se quite tanto embuste e hipocresía de laIglesia, puesto que en el Paganismo sus únicos recursosson el Amor y la Libertad, y en laIglesia sus recursos son tan sólo monetarios y de robos manifiestos.
Me cuenta :
- ¿Sabes ?, le dije un día. Ese cepillo es igual que el de tu sexo, o, mejor, cepo : trampa para coger animales, con cuya raja se amarra y afianza la pieza de carnal artillería en elcarro de un cuerpo del que tiran dos tetas ; y, si me dejo, yo.
Ella me gritó :
— Ceporro. Aunque eres un muchacho recio, estás arrimado a la cola. Basta ya. Mejor es que dejemos el asunto.
- Yo le contesté :
- Pues lo dejamos, que eres una cerda montada enarmadura de madera, y no quiero que seas el instrumento mío de castigo que me impida mover el pie.
Para zaherirla más, le recriminé :
- ¿Sabes, tú ? Todas las religiones pasan el cepillo, y site agachas a recoger una moneda que seha caído al suelo, te cepillan.