Acabo de recibir una bella postal de Nadia
dibujada en ella una joven espatarrada
que me pareció una espadaña
sus dos muslos, dos campanas
y en el centro una campanita
haciendo lluvia de estrellas
y, al instante, me acordé de cuando joven
después de hacer sexo con una mujer
en una casa de planta baja
"la casa de los dos pinos", cayendo yo asfixiado
ygritando : ¡Agua¡
comenzando ella a llover lluvia de estrellas.
- Eres ámbar, le dije para ponderarla
mientras con su sustancia aromática
de origen animal
hacía confitería, perfumería y terapia
coneste mi semen que aún escurría
creyendoser yo Ambiorix
rey de loseburones, en la Galia Bélgica
que hizo lo mismo con su esperma y el de Julio César
creando botoncitos en las palmas de sus manos
que ala vezcontenían hojas y frutos
bañándose los dos en líquido seminalmuy abundante
de sus ejércitos guerreros.
¡Agua¡ volví a gritar yo, con espíritu caído
las aguas de ella juntándose con las mías
entre juegos y visos que hacía la luz
al reflejarse en la orina
cayendo de una Chirla para mí más muerta y amarga
que las aguas del Mar Muerto
por agujero o hendija
deesa obra viva haciendo agua
yyo sintiéndome besado
por esa lluvia de estrellas
yesa espuma parecida a las aguas de la mar
que besan las estrellas
pensando en voz alta, y diciendo :
"Agua de Juana quita leche y no da nada"
ella exclamando :
- Amigo, tu eyaculación es agua de cerrajas
ycual lerdo te has ahogado
en un vaso de estrellas.
Todo me dolía, y más me dolía
el haber arrojado el alma de mis huesos
desparramando leche que da espíritu y vida
y sintiendo lo que más :
que no volvería este alma
a mis huesos.