De paso, me he metido en la cafetería del Mercado Sur de Burgos, porque me han entrado ganas de orinar, con la grata sorpresa de encontrarme con compañeros con los que he ido a acompañar las charlas de partidos emergentes. Todos son, somos, buena gente ; bella cuadrilla.
 En la terraza de la cafetería, nos hemos sentado en una mesa, con unas cañas de cerveza que cada uno ha sacado, pues no hay servicio.
 Al instante ha pasado, un conocido de todos que es un cachondo, que es de izquierdas, quien nos ha lanzado este piropo :

- ¡Viva Pepe, viva Pepe¡ y que se repita la suerte.

- ¡Cabronazo¡ le ha grita uno. Otro :

- ¡Qué maricón¡ él siguiendo su marcha, y riendo.
 Pasa una pedigüeña, que dicen es portuguesa, quien va hablando sola, pero se la escucha :

- Qué día tan desgraciado, que no he recogido monedas ni para un cartón de leche. Ella, al pasarnos, vuelve la cabeza hacia nosotros, que bajamos la cabeza con desvergüenza e insolidaridad, al estilo de los curas y las monjas, pues, como dice uno :

- El otro día, estaba esta mujer pidiendo en la calle de la Paloma, muy cerca de un bar de patatas bravas, alargando la mano. Al pasar un cura acompañado de una monja, les suplicó que le dieran unas monedas, algo. Al ver que la miraron con desprecio y no le dieron ni un chavo, les gritó a la espalda :

- Hijos putas, puto cura, monja zorra, que manáis en el Euro y todo lo que tenéis se lo habéis robado al pueblo, vosotros sois los únicos que no soltáis prenda, y, encima o debajo, lidiáis con las viudas, las beatas, los meapilas y los niños.

- ¡Qué fuerte’, dijo otro. Pero qué gran verdad.

- Es una verdad más grande y verdadera que una catedral, exclamé yo.

- Bueno, vayamos al grano, dijo otro. Ya sabéis que en Madrid, como en toda España, pero más en Madrid, se están organizando los de derechas repartiéndose de los bancos talegos sobre talegos, sobre talegos un millón, otro millón, y más, para pagarse sus maldades y fechorías.

- Esto hoy ha llegado, dijo otro, hasta un punto en el que este espectáculo no es más que un miserable espectáculo de bandoleros del poder y contrabandistas de la religión.

- La marca España, debiera denominarse Sierra Morena, exclamé yo. El robo y el saqueo, el desprecio al ser humano y a los animales, han entrado y forman parte del corpus de la Tradición.

- A ver si nos complace la suerte, dijo otro, a despecho de nuestra propia lucha y se cumple lo que canta el poeta (yo sonreí) :
 "Popote salió a la plaza del mercado
 Rodeado de miedosos guardaespaldas ;
 Por salvar a una chunga Borregaza
 Sus chupópteros barones le quitan elpoder".
 Nos levantamos de la mesa, y nos vamos. Unos marchan al "sindi", sindicato ; otros, como yo, nos vamos por separado, que hemos quedado en la plaza Vega con nuestras "Marías" compañeras, con las que llevamos conviviendo desde hace ya muchos años.