Un gato me estaba arañando la polla, que se había salido del pantalón corto sin darme yo cuenta y, cuando le dije de buen modo con un manotazo : -¡Zape allá¡, vi y escuché en la televisión que anunciaban las condenas de un padre que había aserrado asus hijas, por hacer mal a su mujer ; a unos violadores y maltratadores que condenaba la Justicia con agrado, pues, alno ver y ser ciega, condena con poco daño, dejando a lasmujeres y sus familias desconcertadas y doloridas ; indefensas.

También, vi y escuché deun barón, señor principal de España, que estaba cebado con elvicio de la putería, y tenía una empresa de volquetes de putas, que andaba hecho un hombre importante, que había firmado un Decreto para perseguir a las putas de los polígonos industriales y que había abierto al padre y a sus herederos unas cuentas en Panamá y Andorra.

Entre tanto bla, bla, ybla, sólo entendí elfinal de la entrevista, en la que el susodicho barón respondía a la pícara locutora, que estaba como bocado de cardenal :

-Aunque me veis señor importante en España, soy un gran hijo puta en las Islas Caimán, y en las Islas Canarias.

Al final se escuchaba del Himno de las Islas Canarias :

"Islas Canarias, Islas Canarias
El corazón de los guanches
Islas Canarias, islas Canarias
El murmullo de la brisa
El corazón de los guanches
Islas Canarias, islas Canarias
El murmullo de la brisa
Suspiran todos amantes."