Diego Velázquez se llama mi viejo abuelo. Yo tengo que estar pendiente de él porque, al menor despiste, se me escapa. Sobre todo de noche, pues le gusta salir de casa, aprovechando que dice que va a mear, y marcha a los jardines de la Universidad de Burgos a ver películas de terror al aire libre. Pero, también, para agarrarle a algún mancebo de la polla, pues es algo mariposón y le he visto salir con postura de galas con plumajes muchas veces.
Siempre me dice :
- Dios me la ha deparado buena. Todavía se me eleva.