Me he pasado la noche huyendo de las patrullas de canes electrónicos que rodean el campamento de los sintéticos.
La Bestia, esa computadora majestuosa que nos domina, es el enemigo a vencer, y he puesto algunos trozos de semtex y C4 para volar la central de luz, pero me he visto obligado a esconderme ante la presencia de detectores.
Es momento de tomar atajos y volver a la base.
Sé que los sintéticos tienen un espía entre nosotros, pero no sé si es un humano al que sobornaron o una de sus muy hábiles sintéticos, que, incluso, han logrado simularse de modo que los perros parecen no detectarlos.
Los humanos sintéticos se saben dominadores y tratan de destruir las esperanzas del comando central.
Es el momento de hacer algo.
Ya amanece cuando llego al Campamento humano y el lector óptico de sensores me ha franqueado la entrada.
" !Adelante comandante¡", la femenina voz me vuelve a la realidad.
El sueño me invade pero estoy a salvo.
Al entrar a la oficina de la jefatura me reciben con aplausos. "El semtex rompió sus baterías…Felicidades"
Y con gran algarabía, celebro esta victoria contra estos mostruos de silicio, con corazón de protones.