Escenario. Un escritorio con una máquina de escribir. El Hombre está sentado ante ella y al abrirse el telón, escribe a gran velocidad. De pronto, se detiene, mira hacia el público, y habla.
El Hombre.
Mientras las llamas devoraban inclementes la francesa catedral de Notredame, Julius y yo observamos el siniestro, él tomando todos los ángulos posibles con el lente de su cámara profesional y yo garabateaba a golpes de lápiz que enviaría a mi periódico a la brevedad.
Los curiosos observaban la escena dantesca con rostros de asombro, y nosotros mismos no podíamos creer lo que sucedía ante nuestros ojos.
Cientos de años de historia se difuminaban por las voraces lenguas de fuego, y los denodados esfuerzos de los bomberos, no lograban mitigar los abrasadores efectos sobre la hermosa iglesia medieval.
Por la tarde, a ocho columnas, apareció mi artículo, "Llamas dantescas devoran Notredame", y mi jefe editorial, con grave sonrisa me dijo" has logrado plasmar en tu trabajo, un evento histórico".
Mi satisfacción fue inmediata.
Este capítulo, me hizo famoso como reportero. Julius trabaja en el extranjero.
(El Hombre sonríe, y reanuda su acto de escribir, mientras el telón cae terminando la obra).