Iba yo montado en bicicleta desde Fuentepelayo(Segovia), hacia Navalmanzano, sintiendo cansancio ysueño, casi a mitad del camino, por el calor que hacía, Además de que el Sol me daba en los ojos y no llevaba gorra. Me adentré en los pinares de Pinarnegrillo donde dejé la bicicleta junto a un pino resinero y me tiré sobre el suelo bajo unos pinos que me hacían sombra.
 Como iba pensando en chicas, mi Noviuscardinalis que es devorado por ellas, hinqué en el suelo, demostrando en seguida, por mi juventud, ser capaz de atravesar la tierra con grande quebranto, y ser muy eficaz en la lucha del amor reducido a proporciones de amistades peligrosas.
 Me quedé dormido de manera impresionante ; como una marmota, como un lirón. Cuando desperté, elaspecto del ambiente era pobre y de aspecto monótono. Sólo pinos. Me sentí desnudo y atado con mis ropas de vestir rasgadas y extendidas sobre elsuelo.Estaba atado e impregnado de un polvillo como de alas de moscas y moscardones.
 A mi alrededor estaban clavando sobre el suelo los hilos que me ataban los Quilópodos, Dípteros, Coleópteros y Arácnidos.
 Yo no había sido lanzando aquí por ningún mar y, sin embargo, ellos invadían mis zonas intercotidales sujetándome cada vez con más fuerza. De las aves sólo pude observar algún cuervo, grajos ; algunas mariposas y un buitre.Vi moscas verdes jugando con los excrementos de caballos y burros que recién habían pasado por aquí.
 Al cristal de la luz me vi como una foca desnuda y atada al suelo, parecido ala foca de la Isla Probiloff.
 Yo no sé qué de particular tenía yo, pero pensaba que había atraído a esta variedad de Insectos la riqueza de mi vegetación peluda y la elevación de mi canuto, manifestado con particular evidencia porque alrededor de los huevos se alternaban moscas cojoneras.
 No había variación térmica ni acción del viento alguna. Sin embargo, me sentía como un rico sotobosque ofreciendo asilo a una abundante fauna de coníferas. Pero nopodía moverme.Todos estos bichos limitaban mis posibilidades de movimiento. Algunos hasta ponían sus huevos debajo demis axilas.
 ¡Cómo mehubiera gustado que hubiese caído un chaparrón y se hubiera llevado tanta liana que me ataba¡ Pero, también, temía que por culpa del chaparrón se escondieran algunos insectos en micuerpo o bajo los huevos, que tanto le gustan a la pulga de los ventisqueros (Isotomasaltans), por ejemplo.
 A medida que avanzaba el día, cada vez más se reducía mi aspiración de verme desatado y poder vestirme. Fue este instante un período breve de duración, durante el cual se desarrolló una acción que me vino de fábula ; esta : Un sapo que me pareció el Alytesobstretican, rodeado de collares de huevos alrededor de sus patas posteriores, venía hacia sus polos, hacía su vida, con sus rasgos generales, disminuyó y entró por el anillo de mi meseta tibetana, mi Ano, llegando a la latitud más elevada de mi geografía, respirando el ambiente exterior con mi canuto alpino.
 Salió del anillo tibetano o Ano extraordinariamente raro, escaso, como ausente, comenzando a romper mis ataduras con rabia sapera, pues parecía que no le gustaba mucho que yo estuviera por más tiempo en letargo.
 Yo tenía otro aspecto diferente. Cuando me monté de nuevo en la bici que me llevaría aNavalmanzano, me sentí como un parásito del hombre.
 Por la carretera, sobre la bici, volaba como una Drosophila con cuatro alas, sabiendo que todavía podía mantenerme y difundirme en la Naturaleza pudiendo dar origen a algo más que a una especie nueva porque había sido fecundado por un sapo, y me habían aparecido dos aparatos genitales, carácter propio del género Diplogonoporus, y me seguían insectos miméticos de aspecto vespiforme.