Dos tontos, el uno que se llamaba a sí mismo el "Marqués de Monterrey" y el otro el "Mazorcas", porque se metía mazorcas por el ano, traían al pueblo de cabeza, que les quería y les odiaba al mismo tiempo, pues eran unos mozalbetes con su cabeza vacía, pero hueca y alegre.
Ellos tenían por costumbre, en las fiestas patronalesdel pueblo, en domingos y fiestas de guardar, arrascarse la cabeza y frotarse el sobaco izquierdo con la mano derecha, sacando del sobaco, al apretarle, algo como un ruido o trueno.
Pero lo más divertido, que les hacía sufrir comezón alpueblo, era que tenían costumbre de ir a los tenderetes de ropa a oler los palominos de las bragas de las chicas,alegrándose con gana cuando oían decir a alguna mujer del lugar :
- Catalina, mi vecina, mira, ahí van esos dos tontos a buscar palominos, como piedras a tablado.
En este lugar, la costumbre de las señoras era colgar su ropa recién lavada en cuerdas colocadas fuera de casa, y era muy divertido verles retozar, a los dos tontos, alrededor de las bragas, saltando de una a otra, oliéndolas y diciendo :
- Cátame en Canicosa, cátame en Quintanar.