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Article publié le 25 février 2018. oOo Después del tercer café los nervios han comenzado a sacudirme. Sentado en la cafetería del lujoso Hotel Luxus, me confié creyendo pagarían mi sueldo, como cada quincena, antes de las 9 de la mañana. Son las 10:15 y no tengo nada. La mesera me ha visitado cada diez minutos para preguntarme si deseo algo más y he debido beber mi hirviente bebida muy despacio hasta casi estar fría. El omelete con huitlacoche habría sido exquisito en su totalidad, si mi exceso de pícante no le hubiera desleído el saborpero por lo demás, el desayuno ha sido excelente. El asunto son mis nervios. Con el saldo agotado en mi celular, y el "wats" Saliendo apenas, no sé nada sobre el depóstio a mi cuenta. Como empleado de oficina del gobierno, este viernes debía estar en mi lugar desde las 8, pero además de no llegar a mi sitio de labores, no he pagado la cuenta del restorán. Espero un milagro. "El jefe inspector sanchez pregunta por ti, ¿qué le digo ?", el wats de Dinorah sólo aumenta mi aprensión. ¿Cuánto tardara mi suplicio ? 10:23 El reloj de pulsera con extensible verde del partido ecologista, me muestra su rostro de minutos, dibujando mi desconcierto. Ya la cuenta supera los 250 pesos, ¡qué desayuno tan caro ! "Acaban de depositar y viene el aumento", el wats de Rafael, mi hermano, me dibuja una sonrisa. Saco mi cartera y junto a la tarjeta de pago, adjunto mi credencial de identificación. "¿Me cobra por favor ?" le pido a la hermosa mesera. Cuando salgo a la pertinaz lluvia de la calle, las casi dos horas de espera me enseñan una lección : No confiarme del pago de mi sueldo en las horas de siempre. Hoy, al menos, he salido bien librado. |
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