Vivos para Cristo, muertos al pecado.
Ro. 6:11-14.
¿cuál es el lenguaje que tenemos ?
¿Es un lenguaje correcto ?
Debemos estar vivos para Cristo practicando el bien, y morir al pecado dejando de hacer las conductas pecaminosas.
Somos llamados a no permitir al pecado dominarnos. Hay antiguas ropas impuras en la vida de un cristiano.
Debemos quitarnos las viejas vestimentas y vestirnos de Jesús.
Si realmente somos liberados porque vivimos como dominados por el mal.
Palabras claves para vivir como cristianos, debemos saber la verdad de Dios. Esta verdad es que hemos muerto al pecado, ya no estamos bajo su poder.
Porque Dios es santo debemos vivir en santidad.
Hay estándares de conducta en la Biblia. El cristiano no es un pecador remodelado si no un santo vuelto a hacer. Quitar los pecados, depende de nuestra cooperación. Esto se da buscando las cosas de Dios, concentrándonos en Dios.
Despojarse del pecado es dejar de prácticar lo malo y practicar lo bueno.
Si somos redimidos debemos actuar como tales. Si eres casado, debes vivir en la santidad y no como adulteros. La transformación no es automática, es gradual. No es que no te guste actuar como antes si no que lo dejas para seguir a Dios.
De debemos considerar nuestro corazón renovado y creerlo de verdad. El nuevo nacimiento en Cristo se evidencia en la conducta. Para el cristiano, elegir pecar es como sacar un cadáver y vivir con él.
Hasta que un cristiano no cree en su cambio, no podrá vencer al pecado. Cuando hay algo dudoso, siempre habrá una opción correcta.
Cuando haces algo incorrecto, Dios no te bendice. Siempre hay una forma moral correcta de hacer las cosas.
Nos rebelamos al pecado dejando de visitar lo que nos atrae y conocer nuestra debilidad para no dejarnos atrapar. Debemos rendir nuestra voluntad a Dios. Nuestros cuerpos mortales son influidos por el pecado. El pecado influye en nuestro corazón, de allí sale . Debemos dejar que Dios transforme nuestra vida. Sus vidas cambien a medida que cambie su mente.
Los redimidos tienen nueva mente, nuevo corazón y nueva voluntad.
Estas son las claves para vivir para Dios.