Retour à la RALM Revue d'Art et de Littérature, Musique - Espaces d'auteurs [Forum] [Contact e-mail]
  
Aflicción (Carson McCullers)
Navigation
[E-mail]
 Article publié le 1er septembre 2019.

oOo

Si se pasa por la calle Mayor en una tarde de agosto, no encuentra uno nada que hacer. El edificio más grande, en el centro mismo del pueblo, está cerrado con tablones clavados y se inclina tanto a la derecha que parece que va a derrumbarse de un momento a otro. Es una casa muy vieja : tiene un aspecto extraño, ruinoso, que en el primer momento no se sabe en qué consiste ; de pronto cae uno en la cuenta de que alguna vez, hace mucho tiempo, se pintó el porche delantero y parte de la fachada ; pero lo dejaron a medio pintar y un lado de la casa está más oscuro y más sucio que el otro. La casa parece abandonada. Sin embargo, en el segundo piso hay una ventana que no está atrancada ; a veces, a última hora de la tarde, cuando el calor es más sofocante, aparece una mano que va abriendo despacio los postigos, y asoma una cara que mira a la calle. Es una de esas caras borrosas que se ven en sueños : asexuada, pálida, con unos ojos grises que bizquean hacia dentro tan violentamente que parece que están lanzándose el uno al otro una larga mirada de congoja. La cara permanece en la ventana durante una hora, aproximadamente ; luego se vuelven a cerrar los postigos, y ya no se ve alma viviente en toda la calle. Esas tardes de agosto... Después de subir y bajar por la calle, ya no sabe uno qué hacer ; en todo caso, puede uno llegarse hasta la carretera de Forks Falls para ver a la cuerda de presos. Y lo cierto es que en este pueblo hubo una vez un café. Y esta casa cerrada era distinta de todas las demás, en muchas leguas a la redonda. Había mesas con manteles y servilletas de papel, ventiladores eléctricos con cintas de colores, y se celebraban grandes reuniones los sábados por la noche. La dueña del café era miss Amelia Evans. Pero la persona que más contribuía al éxito y a la animación del local era un jorobado, a quien llamaban « el primo Lymon ». Otra persona ligada a la historia del café era el ex marido de miss Amelia, un hombre terrible que regresó al pueblo después de cumplir una larga condena en la cárcel, causó desastres y volvió a seguir su camino. Ha pasado mucho tiempo ; el café está cerrado desde entonces, pero todavía se le recuerda.

 

 

La balada del café triste

Carson McCullers (Columbus, Georgia, 19 de febrero de 1917 - Nyack, Nueva York, 29 de septiembre de 1967)

McCullers se recrea en el morbo de la violencia, en el patetismo de sus personajes rebajados por su condición de cazadores frustrados, en ese estigma de nómadas encaprichados de espejismos que los define a todos y cada uno de ellos. Las escenas a las que arroja a sus personajes tampoco presentan complacencia alguna : Miss Amelia y Marvin Macy, que pese a su dureza no dejará de flaquear ante la que fuera su esposa durante poco más de una semana, protagonizarán un combate de boxeo público, mientras que el jorobado Lymon, ajeno a las insólitas atenciones de Miss Amelia, se arrastrará detrás del presidiario pese a que este le trate con el desprecio de una mascota.

El café en que estos tres personajes se entrelazan entre la multitud vulgar del pueblo, y cuyo breve esplendor es impulsado por la aparición del primo Lymon, hasta el regreso de Marvin Macy tras una de sus ocasionales estancias en la cárcel, acabará cerrado, convertido ya en adelante en el café triste, con sus ventanas selladas y sus lámparas sin luz : reducido a una bancarrota idéntica a las historias frustradas que podrían haberles unido a ellos tres, arrojados cada cual en adelante a un desierto sin solución, igual que si sus destinos tuvieran el trazado de vías muertas de una línea de ferrocarril inacabada.

Javier Serena [La biblioteca de Sarajevo]

 

Un commentaire, une critique...?
modération a priori

Ce forum est modéré a priori : votre contribution n’apparaîtra qu’après avoir été validée par un administrateur du site.

Qui êtes-vous ?
Votre message

Pour créer des paragraphes, laissez simplement des lignes vides. Servez-vous de la barre d'outils ci-dessous pour la mise en forme.

Ajouter un document

Retour à la RALM Revue d'Art et de Littérature, Musique - Espaces d'auteurs [Contact e-mail]
2004/2024 Revue d'art et de littérature, musique

publiée par Patrick Cintas - pcintas@ral-m.com - 06 62 37 88 76

Copyrights: - Le site: © Patrick CINTAS (webmaster). - Textes, images, musiques: © Les auteurs

 

- Dépôt légal: ISSN 2274-0457 -

- Hébergement: infomaniak.ch -