Sonó la alarma de chicharra y escuché la carrera de Atalita, mi primogénita hacia la puerta.

---Si son vendedores, no estoy ---dije—. Si alguien me busca por algo importante, lo anuncias.

---Son el Presidente Municipal y el Maestro Manuel Burguete. Allá van.

Los pasé a la sala y luego de acomodarse, pregunté :

---¿A qué se debe el honor de su visita ?

---Es que necesitamos con urgencia al pendolista ---dijo Manuel Burguete.

---¿Pendolista ? Si, soy muy bueno, dibujando todo tipo de letras, con la pluma, si a eso se refieren.

Queremos contratar sus servicios cómo pendolista---explicó el Químico Augusto Ruiz, nuestro Presidente Municipal--- para que elabore en tinta china el refrendo de la Federación de Chiapas a México, al cumplirse los 150 años de la anexión.

---¿Cuándo, qué dimensiones debe tener y en qué material o superficie ?

Para el 14 de este mes de septiembre de 1974, debería haberles entregado el documento, antes de las 12 del día sábado, según mi calendario. Tendría que conseguir un pergamino de ternera, grande. Les hice saber que necesitaría un anticipo para comprarlo, y que ese mismo día iba a pedir a mis proveedores en la ciudad de México.

Me dieron el anticipo y prometieron traerme el acta para hacer los ajustes del tamaño, tomando en cuenta qué sería una semana, máximo, dada la premura del tiempo. Un ”en eso quedamos” fue la despedida de los amigos funcionarios.

Desde mi recámara llamé a México y me prometieron que a no más de ocho días tendría mi pergamino grande de ternera.

---Te felicito amor---me dijo Chanita, mi esposa cuando la puse al tanto de lo que iba a hacer---. Tienes que esmerarte porque ese documento será muy importante ahora y en el futuro.

Curiosamente, me llegaron el mismo día el pergamino y el acta.

---Tengo esta semana para entregar el trabajo.

----Dios mediante terminarás en la fecha, Jorge--- aseveró.

---Lo primero es conseguir las plumas speedball de caligrafía y para eso debemos ir a Tuxtla a comprarlas

---Y de paso comemos en el restorán de los chinos frente al cine Rex. ¿De acuerdo, Jorge ?

Con la panza llena y con las plumas speedball que compré en la papelería emprendimos el viaje de regreso, muy tranquilo, sin lluvia, ni niebla.

En la mañana siguiente acondicioné la mesa bastidor para trabajar con el pergamino y me di a la tarea de ir trazando las dos líneas paralelas, como base del trazado de las letras mayúsculas y minúsculas, tomando en cuenta de que el tipo de letra sería gótica, con retoques en las iniciales. 

Para no caer en errores garrafales, pedí por teléfono, al profesor Burguete que pidiera la rectificación o ratificación de los nombres y cargos de quienes suscribirían tan preciada acta. Se movilizaron los engranajes de la logística y al otro día me mandaron lo que sería en un libro, la fe de erratas. Y me gracias al Cielo, porque encontré ocho errores a lo largo de documento.

Por fin tuve la certeza de que todo saldría muy bien, si no me equivocaba y llegué a sentirme como los escribas que copiaban la biblia, letra por letra, en el prurito de dejarlo exacto al contenido del original.

Y el sábado catorce, en la mañanita, luego de tomar mi primera taza de café caracolillo de Yajalón, inicié la última línea que contenía los nombres de los presidentes de los ciento once municipios.

---Echeverría está llegando al aeropuerto de Tuxtla ---dijo Chanita---. ¿Cuánto te falta ?

---No más de línea y media del final.

---Tienes poco tiempo, amor ---Chanita encendió un radiecito portátil ubicado en la mesa y sintonizó la radiodifusora XEWM RADIO 640.

---Se nos informa que acaba de partir del aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez, la comitiva presidencial ---dijo Hugo Robles---. Se estima que llegará a esta ciudad en un poco más de hora y media. Estaremos pendientes para informarles…

Los nervios me ganaron y me levanté de la mesa y salí al pasillo. En mi desesperación, como en otras ocasione propinaba un puñetazo, a una puerta, ropero, etc., solté el golpe a uno de los cuadros de cristal de 6mm del corredor y se astilló, provocándome una cortada en la falange del dedo medio.

---¿Qué te hiciste amor ? ---dijo Chanita. Y en lo que me revisaba Atalita y Jorgito aparecieron con un botiquín de primeros auxilios.

Se prendió el foco de la chicharra y Chusín fue a ver y regresó con el Doctor Rafael Bonilla, nuestro vecino.

---Llegó usted caído del cielo---exclamó Chanita--- este desesperado de Jorge, dio un puñetazo al encristalado y se cortó.

Con la luz de la lámpara de dibujo iluminó mi mano y revisó cuidadosamente el dedo.

---Tranquilícense por favor--- posó su dedo medio sobre mi pecho-. Es una herida pequeña de unos cinco milímetros, no es profunda y está ubicada abajito de la articulación del dedo medio. Así que si la preparamos bien pronto cicatrizará. Y don Jorge va a terminar el acta. Ya ví que le falta muy poco para lograrlo.

---Gracias providencial médico, llegó en el momento justo---dije.

Bonilla garabateó en una hoja de la mesa.

---Llévale a doña Cristy, ¿jorgito, verdad ?, esta receta y dile de mi parte, que te dé una caja y me la traes.

El chamaco salió corriendo y regresó.

Atalita ya estaba lista con el vaso de agua para que yo tomara mi pastilla y lo hice, y con el dedo vendado volví a la tarea de poner el punto final.

----Voy a supervisar ---sonrió al ver mi cara--- la curación del dedo. ¿Duele ?

---Con los nervios y la preocupación por acabar, no sé si me duele o no lo noto.

---¡Ha finalizado !--- gritó alborozada mi esposa.

---¡Sí ! ---gritaron varios.

Con el pergamino bajo el brazo me dirigí hacia el parque central y en el templete estaba el Presidente Municipal Augusto Ruiz y se lo entregué.

De improviso tuve los sensación como de haber estado cargando un gran peso y me hubiera liberado de él y esa sensación me llevó a percibir la enorme cantidad de personas que iban a firmar en representación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, federales y estatales, así como los presidentes municipales.

Di gracias a Dios por haberme permitido participar escribiendo el acta.