Un día para recordar a quienes han influido en nuestra vida, en nuestro crecimiento y desarrollo. Nuestras definiciones y todo lo que se relaciona con nuestra personalidad.

 Es un día para reconocer a nuestros mentores, aquellos seres de luz que Dios ha puesto en nuestro camino y han permitido que tomemos el rumbo correcto.

A mis maestros en la vocación de enseñar : Mis abuelos Jesús Penagos López y Otelina Rojas, mi mamá Atalita Penagos Rojas, quien me enseñó como mi maestra y le aprendí cuando fue mi alumna.

En la primaria los maestros Rosanio, Romeo Domínguez, quien nos hizo amar a Marco, en su viaje por América del sur. Federico Cancino, en el inolvidable cuarto año, pues me introdujo en el mundo del pendolismo con las plumas speed ball. En el sexto año, en la escuela de música del Seminario Conciliar donde descubrí a los sacerdotes Polo y Magin Torreblanca, el solfeo, la notación y la teoría de la música y algo de piano. En la secundaria Antonio Caso, en San Juan del Río, Querétaro los maestros Benítez, con sus resúmenes de historia y su frase cuando fallabas : “lo siento, del verbo sentarse”. El maestro Jorge Hernández Jones en literatura y matemáticas, el maestro Rivas, con sus enseñanzas en historia y danza folklórica, el chaparro moreno (no recuerdo si nombre), me enseñó como provocar el interés en clase ganando puntos en concursos con los asientos numerados del cien para abajo hasta el cincuenta. Nos enseñó geografía, encuadernación y en educación física con volibol

En la secundaria recibí clases de francés, primer curso en tercero de secundaria y luego en segundo año de prepa, el segundo curso, también me hizo conocer los cinco libros del pentateuco de la Biblia, la Maestra Carmen Santiago.

 Griego y latín me las impartió en el bachillerato, profesor Absalón Herrera

En mi segundo año de primaria Vicente Kramsky Martínez me enseñó a rotular y a pintar figuras de carteles de películas, copiándolas por medio de cuadriculado.

Montar a caballo, manejar coche y muchas otras cosas aprendí, con mi padre adoptivo, Maestro Neftalí Moreno Oledo

Poder tocar todo tipo de melodías con la Armónica fue gracias mi compañero de tercero de secundaria Martín Alonso Vázquez, en San Juan del Río, Querétaro

En Felipe Carrillo Puerto pude conocer y aprendí a mi tocar una Guitarra clásica, con el maestro Pepe López, notable guitarrista y compositor, autor de Linda Cozumel.

Representé como maestro de la Normal La Enseñanza en las reuniones nacionales para la elaboración de los planes de estudio en las ciudades de Guanajuato, primero y luego en Oaxaca donde tuve la oportunidad de asistir al curso de actualización del programa de teatro guiñol, con la mejor guiñolista del mundo Maestra Virginia Ruano, quien nos enseñó a elaborar por completo un muñeco, con una media gruesa, a hacer un guion y nuestra prueba de fuego, fue la de haber presentado la obra “los colores“ en la clausura del evento, en donde fuimos vitoreados, máxime cuando nos presentamos con los muñecos, las tres muchachas hicieron el papel de niño y yo el de niña.

Mi abuelita Otelina Rojas Blanco me enseñó a leer y escribir en español e inglés y me dio una visión del magisterio rural al contarme su experiencia con un nagual en Santa Marta, historia que plasmé en mi cuento El Nagual que me permitió ganar el concurso nacional de cuento de la SEP en 1986.

A Chanita, mi incomparable compañera, le propuse que como no iba a poder seguir impartiendo Dibujo de Imitación, Dibujo Constructivo y Modelado en la Secundaria del Colegio Tepeyac, la propusiera para hacer mi reemplazo. Se quedó pensando un momento.

—Si la directora, la madre Imelda me acepta –dijo—con gusto te substituiré.

—¿Vamos a verla ahorita ?

—Ahorita, antes de que me arrepienta. Es una escuela muy prestigiosa, de seguro no me van a aceptar.

La subí al volcho y lo dirigí al Colegio. Nos anunciamos y pronto nos atendió la directora. Le expliqué mi propuesta de substitución, haciéndole saber que como ya formaba yo parte del personal directivo del CECyT 28, me sería imposible continuar. La madre volteó hacia Chanita.

—Bella señora…

—Chanita Osorio — contestó mi esposa.

—Sí sé con quien estoy platicando. Usted si es educada, no como otros que se olvidan presentar a su linda pareja —vio mi cara compungida y sonrió –es broma, es broma maestro Jorge –pude suspirar aliviado.

—Disculpe, madre –me calmó con la mano.

—Vamos a ver Chanita, dígame, ¿ha usted dado clases ?

—Varios años en la escuela dominical con niños y jóvenes –dijo Chanita.

—Con eso me basta.

Ahora vamos hablar de la substitución. Voy a poner un mes a prueba a Chanita y si sus conocimientos como usted avala, resultan a nuestra satisfacción, la contrataremos permanentemente. Nos vemos en treinta días para comunicarles nuestro fallo.

Nos despedimos y no comentamos nada en el coche. Entrando a la sala me soltó :

—Estaba yo segura de que no me iba a aceptar y más lo pensé cuando le dije de la escuela dominical.

—Pero te aceptó, así que a prepararte —vi mi horario – el lunes empiezas con Dibujo de Imitación. No veo que tengas ninguna dificultad, porque dibujas mejor que yo.

—Me preocupa el Dibujo Constructivo –explicó—porque con Modelado voy a continuar con la elaboración de muñecos de guiñol, pues sé hacerlo por haberte ayudado con los que hicimos para la película “No oyes ladrar los perros”.

Mi adorado tormento sólo me pidió una breve explicación de los útiles para el Dibujo Constructivo. Casi no dormía los primeros días y a la siguiente semana ya dejó de desvelarse. El tiempo se fue desplazando y al cumplirse el plazo,   un día la maestra nos citó para hablarnos muy formalmente. Acudimos como gallinas con huevo quebrado. En cuanto nos sentamos me habló :

—Maestro Quintanilla es usted un mentiroso –los dos intercambiamos miradas de angustia, pensando lo peor—sí, usted me dijo que su esposa iba a aprender y resulta que Chanita es mejor maestra que usted y su tío Mario. Desde este momento la contrato el tiempo que guste y le voy a pagar el doble de lo que ganaba usted. ¿Le parece bien ?

Nos abrazamos, le dimos las gracias, salimos y nos subimos al coche, y como novios recién casados nos llenamos de besos y nos fuimos a casa.

En ese mismo mes ella fue contratada por la Normal La Enseñanza y gracias a su fama la quincena siguiente se incorporó como miembro de la planta docente de la Escuela Normal de Educadoras.

Aprendí de ella su dedicación y su entrañable cariño hacia sus alumnos y alumnas, reflejando así, el amor de Jesucristo con sus discípulos, quienes la correspondían con sus excelentes calificaciones.