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La amenaza de la cigüeña (1a parte)
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 Article publié le 26 juin 2022.

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Ovidio checó a mi esposa y muy seguro me dijo :
---Me juego mi título si Chanita no está embarazada de unos ocho meses.
---Ella tiene los signos de Jacquemier desde el nacimiento de Atalita. Me lo dijo usted, Doctor.
---Por haber atendido los dos partos de tu mujer te puedo asegurar que ella está embarazada. ¿No le mandaste a hacer el test de embarazo si viven en San Bartolomé ? Allá está Ferrara, un gran Médico. ¿No la revisó ?
--- Los análisis de laboratorio salieron negativos. Ferrara luego de verlos, comentó acerca de la posibilidad de ser un embarazo. falso. Mejor deberíamos esperar algo para estar seguros ---dijo.
---Son muchos meses. ¿Por qué si han sido tan cuidadosos, con sus otros dos hijos, no ahora ?
---No se me nota nada ---expresó Chanita en mi auxilio ---. Peso menos de cuando se supone quedé embarazada.
--- ¿Cuánto pesa la señora ? ---Vio a la enfermera.
---Sesenta y tres kilos sin devestirse ---dijo.
--- ¡Todo un caso para la araña ! ---dirigió su vista hacia el trasero de mi mujer y me puse quisquilloso --- porque con ese bote tan grande ---dijo el galeno --- se pueden disimular hasta dos niños.
Nunca me imaginé que muchos años después, mi hijo Jorge sería papá de dos gemelitas cuando no fue descubierta nunca una, 0 a pesar de todos los adelantos de diagnóstico, dijeron no haber visto las dos escuinclas porque las había escondido la mamá en la cola. Eso pudiera estar pasando con mi mujer.
--- ¿Podemos hacer algo ?
---Vayan mañana al laboratorio para hacerle la prueba del embarazo. No me quiero quedar con la duda y la curiosidad. Díganle al Químico que me urge. Aquí se lo voy a señalar ---luego de redactar la orden me la entregó. No quiso cobrar y dijo : las cuentas las haremos cuando ya veamos al bebé afuera. Ese hecho lo aseguraba con todas las de la ley.
Al otro día temprano fuimos al laboratorio, y di la orden al Químico, quien le pidió a mi bella Chanita estirar el brazo para sacarle sangre, a sabiendas de ser muy difícil con la pesca de su vena, mas él, conocedor de su oficio, pronto pudo lograrlo. Después le dimos el frasco de orina, y en mi cara hizo la prueba, inyectando orina en la vena marginal de la oreja de la coneja preparada para tal fin y al rato de esperar, salió sonriente el Químico Reyes.
--- Ahora sí es positivo el embarazo, y según mis cálculos, está avanzado.
Chanita y yo nos dimos un emotivo y muy prolongado abrazo. No nos lo dijimos antes, porque todos esos meses fueron de zozobra, tirándonos todo a loco, para no hacerlo más difícil.
Al rato visitamos a Ovidio y tras checar los análisis tomó una ruedita de cartón con el logotipo de un laboratorio e hizo cálculos un rato.
---Nace entre el diez y el quince de mayo ---dijo.
---No antes —intervino Chanita pensando en su cumpleaños, el trece del mayo, porque las fechas rondaban el trece. Después de las recomendaciones nos despedimos del Médico y quedamos en avisarle cuando hubiera moros en la costa.
Los nueve meses ya estaban completos y el bebé no daba muestras de querer salir. Todos los días valoraba todo con mi calendario, siguiendo la teoría de Ogino y Gnauss, aunque Chanita nunca se satisfacía porque en los datos de ambos, no salían los días hábiles de cuando yo viajaba dos horas, de ida y vuelta, de lunes viernes de San Cristóbal a San Bartolomé, desde las siete de la mañana, para atender la Agencia del Ministerio Público, de nueve a dos.
Era viernes trece de mayo, cumpleaños de la dueña de mi corazón y esa noche, según mis cálculos matebrúticos se cumplían los doscientos setenta días.
--- ¿Qué te preocupa mi amor ? La fruta de madura se cae ---aseveró Chanita.
---Sí, pero según mis cuentas, hechas mil veces, hoy, en tu cumpleaños son los doscientos setenta días de tu embarazo y ya estás en el término.
--- ¿De dónde sacas esas cuentas ? Lo hiciste con Atalita y con Jorge y le atinaste. No sé en qué te basas. ---Mi cara se iluminó. Mi innata vocación por la docencia hacía aflorar mi deseo de enseñar algo, aun lo más simple.
---Mira amor ---mi tono sonó doctoral ---. Según la teoría de Ogino y Gnaus, la mujer es fértil a mediados de la menstruación.
--- ¿A media regla ? No lo creo.
---Perdón, quise decir : entre dos reglas, a mediados, o sea, si contamos entre los días doce y dieciséis, antes de la siguiente regla, sabremos cuando será su día fértil.
--- ¿Y eso qué ?
---Calculando tu día de cuando fuiste fértil, a partir de ahí empiezas a contar, como me has visto hacerlo.
---Bueno, es una forma exagerada porque agarras una agenda y vas contando día por día hasta no sé cuándo.
---Sí, hasta completar los doscientos setenta días
--- ¿Y de dónde sale esa cantidad ?

— Multiplicas nueve meses por treinta días. Yo uso el calendario para hallar el resultado.
---Así parece fácil de lograr la fecha.
---Lo difícil es atinarle, aunque en tu caso ya tengo la experiencia de haber atinado con Atalita y Jorge. No creo que vaya a variar mucho con este chamaco por venir ---señalé su pancita pequeña, porque casi no se notaba el embarazo.
---Yo no me confiaría mucho de tu cálcul.,
"— Estoy embarazada porque nos consta por tantos hechos colaterales. Si ves, mi talla de ropa es menor de antes e incluso, peso sesenta y tres kilos, cuando debería de haber subido al menos diez kilos, y mi talla de ropa sigue siendo la misma o sea treinta y seis o treinta y ocho, según la moda de que se trate --- le eché un vistazo a mi costilla y no pude negarlo : su cuerpo estaba tan bien o mejor que antes del embarazo.
---El producto ya está en la mejor posición de lanzamiento, me dijo Ovidio. Ya estás en tiempo.
--- ¿Ya puedo lanzarlo para afuera en cualquier momento ?, porque ahora, acaba de darme un dolor muy fuerte.
Acercándome con mucho cuidado pegué mi oído a su estómago.
---No se oye nada ---dije ---. Al parecer nuestro hijo o hija todavía no quiere manifestarse hoy --- Chanita, crispándose, agarró mi mano con muchísima fuerza.
--- ¡Chispas ! Esto me suena a otra cosa. ---Mis ojos casi se salían de sus órbitas.
--- ¿Algo fuera de lo normal ? Voy a hablar a la casa del doctor ---
Marqué el número del Médico.y la impersonal voz secretarial femenina, después de preguntar con el consabido "¿con quién quiere usted hablar ?", tras recibir mi respuesta, contestó con un tono un poco más humano.
--- ¡Ah, la señora Chanita ! Sí, el Doctor me pidió decirle que regresaría antes de las nueve de la noche, por cualquier cosa ---bajando la voz a un tono más confidencial ---. Parece estar echándose unas copitas, por el crucero del panteón. No le vaya a decir que yo se lo hice saber ; pero un paciente vino a buscarlo antes, y luego de localizarlo, me dijo donde se encontraba : Está en "El Último suspiro".
--- ¿En El Último suspiro ? ¿Se va a morir ?
--- ¡Ni lo mande Dios ! Es el nombre de la cantina frente a la entrada del panteón.
--- Gracias, reina. Dios se lo pague. Si es necesario, al rato vamos a buscarlo.
---Para servirle Licenciado. Colgué y me di la vuelta, tratando de no hacer un gesto de compungido ; pero sí me salió.
--- ¿Está todo listo ? ---Bueno, este, este...
--- ¡No te pedí los puntos cardinales, amor ! Sólo quiero saber qué vamos a hacer porque al parecer la cosa está más delicada. Voy a ir al baño. Siento estar sangrando o pasando algo.
--- ¿Por qué no vemos aquí, sin ir al baño ?
---Bueno, déjame acostarme y me revisas. ---Lo hizo con mi ayuda y le bajé la pantaleta ; ¡estaba muy mojada !, aunque el color no era rojo.
--- ¡Dios santo ! Creo que se me reventó la fuente. ---Mi cara se reflejó en el espejo.y me dio miedo, al adquirir el tinte del papel, sólo de pensar que el Doctor Ovidio no pudiera estar disponible se erizaron mis pocos cabellos.
---Voy a buscarlo ahorita mismo.
--- ¡Mangos ! ¡Y si se me adelanta, quien me va a ayudar o atender ?
---Pero y si el parto...
---Y si lo que sea, mejor ayúdame a subirme al yip y nos vamos a buscarlo. Si el chamaco quiere salir, tú lo cachas y ya.
--- ¿Yo ?¡Si no soy médico, ni partero, ni nada parecido !
---Pero eres mi esposo. Sabes algo de Medicina y no eres ningún tonto. Además, no tenemos otro palo en donde ahorcarnos, ¿o sí ? ---Nos dirigimos al vehículo, llevando en una pequeña maleta lo más indispensable.
---Según la enfermera Ovidio está en el cruce del panteón. Mejor primero preguntamos en su casa. Y si no está convendría lanzarnos a buscarlo.
--- ¿Lo sabías y no me lo dijiste ?
--- ¿Para qué te voy a dar más en pensar, si ya de por sí tenemos lo suficiente para preocuparnos con la adelantada ?
---Atrasada ¿Adelantada ?, diría yo, porque ya me acomodé. ---Encendí el coche y nos dirigimos a la casa del Médico.
---Es muy bueno tener la casa de Ovidio a la vuelta ---expresé.
---De nada nos va a servir si no lo encontramos. Ojalá sí se encuentre, porque ya siento a mi bebé a punto de salir. Estoy mojada por completo. ---Alumbré con mi foco de mano hacia sus piernas y vi un charco en sus pies.
--- ¡Dios, ahora la fuente ya se reventó de una vez ! Este bebecito ya se decidió a salir ---arranqué velozmente.
--- ¡Hey, hey, hey !, no llevas puercos. ---La protesta de Chanita me hizo recordar a mi madre, aquella vez, cuando don Nef nos llevaba volando en la camioneta Ford, de La Llave a San Juan del Río, en Querétaro. ¿Sería coincidencia o esa frase la escuchó Chanita alguna vez, cuando conté la anécdota, o lo hizo mi madre ?
---Oye reina ---dije al disminuir la velocidad ---. ¿De dónde sacaste eso de no llevar puercos ?
--- ¿No así le dijo una vez tu mamá a don Nef, cuando los llevaba volando en terracería ?
--- ¡Ah, cierto ! ---dije, pues mi duda ya estaba resuelta y quise concentrarme o insistí tratando de hacerlo en la obscura calle. Enfilé por la avenida Centenario y en pocos minutos llegamos a "El Último suspiro". Estaba cerrado. Como balazo pude bajarme del vehículo e hice un toquido. Nadie respondió. Insistí y sólo pudimos eescuchar un quejido. Pegué la oreja a la puerta ; nada. Al voltear a ver a mi esposa descubrí su gesto de dolor. En un momento estaba con ella.
--- ¿Cómo va la cosa ?
---De mal en peor. O se apuran o le haces de partero en "El Último suspiro".
--- ¡Cruz, cruz, cruz, que se vaya el diablo y venga Jesús ! ---repetí la cantaleta y pude explayarme gritand. Mi bella esposita pudo eesbozó una sonrisa ---No tienes perdón Jorge Arturo Quintanilla, pues ni en los momentos más difíciles dejas de bromear. ¡Eso es muy bueno ! Tu presencia me levanta el ánimo. ¡Saldremos adelante ! Y me acordé de Ovidio con el "Saldremos adelante", pues no me agradaba la idea de hacerla de partero. Mejor de ayudante de bolo, y no de partero. Volví a tocar, pero con una piedra, no con la mano. Ahora no me dolió hacerlo, y sí escucharon mis toquidos porque la puerta al apenas abrirse y una esbozada cabeza se recortó en la rendija.
--- ¿Qué quieresté ? Ya no hay servicio.
---Diga usted al Doctor Ovidio, quien está allá adentro, de eso estoy muy seguro ---señalé con la mano --- que lo busca el Licenciado Quintanilla Penagos con su esposa Chanita. A quien ya se le rompió la fuente.
--- ¡Jesús !, y yo se lo iba a negar ---la voz, antes carrasposa se percibió preocupada y sincera ---. Ahorita le digo y se lo traigo : no se preocupe usté.
---Gracias señora. Dios se lo pague. Nos urge ver al Doctor.
La anciana desapareció en la oscuridad de la abertura y a los pocos minutos un Ovidio zigzagueante quiso saber con estropajosa voz :
--- ¿Ya se reventó la fuente ?
---Hace gran rato y ya hay dolores cada tres minutos.
---Vayan de inmediato al consultorio. Yo los alcanzo. Y si me da tiempo voy a darme un baño y si no, pues como cuando nació Jorgito ---hizo alusión a aquel veintitrés de agosto a las cinco de la tarde, cuando "no tuvo tiempo de montar en su caballo", como dice la canción, pues sólo pudo ponerse un guante, llegando de la fiesta donde estaba cuando lo llamé.
Subí al coche y le di a mi esposa el mensaje de Ovidio.
--- ¡Pero si está rete bolo ! ¿No viste como se tambaleaba ? --- Sentí un resquemor, aunque no lo dije procurando mi Tono de voz de lo más normal posible.
---Está consciente en su totalidad. ¿No lo escuchaste rememorar el nacimiento de Jorgito ?
--- ¡Se tambaleaba ! ¡Yo así no me dejo atender, me da miedo ! ¡Vamos a la casa ! ---Ahora sí mi cuerpo temblaba más que el de Ovidio.
--- ¿A la casa, por qué a la casa ? ¡Vamos al consultorio !
--- ¡Niguas !, como dices. Así como está Ovidio no me dejo atender.
---Pero ... --- mi voz fue temblorosa como mi garganta.
---No hay pero que valga. Vamos a la casa pues este pequeñito no nace con Ovidio tatarateando o trastrabillando de bolo. Viéndolo bien es lo mismo.
---La fuente. ¡Ya se reventó !

— ¿No me entendiste ? ---giré mi cabeza hasta quedar cara a cara con la de mi amor y lo que vi me causó miedo : demostraba una determinación muy difícil de entender ; más sí de sentir
---Amorcito ¿Qué vamos a hacer en la casa ?
---Nada, dormir como Dios manda. ¡Mañana, Dios dirá ! ¡Pero hoy, no nace esta criatura ! ---se tocó la barriguita. Volvimos a la casa con velocidad de carroza fúnebre, al principio.
--- ¿No puede ir más rápido esta cosa ? Es muy cierto, sí veníamos de "El Último suspiro", pero eso fue todo. ¡Vamos, jala ! ---Aceleré hasta llegar a treinta kilómetros por hora.
--- ¿Así está bien ? ---vio el velocímetro.
---Súbele diez ---dijo ---. Obedecí, llevando la maquinita a los cuarenta kilómetros por hora, hasta la entrada del puente Blanco. A partir de ahí me mantuve entre veinte y treinta. Llegamos a la casa y quise persuadirla de ir con Ovidio para al menos checarla, y no quiso. Siguió montada en su macho. Lo curioso del caso : mi esposa no tenía ninguna manifestación de parto o algo incómodo. Para quitarse lo mojada se dio un baño, sin requerir de mi ayuda. De momento me puse molesto, luego de analizarlo por el lado bueno, era positení, p0ñorque pudo bañarse sola y eso era señal de estar en lo mejor de su salud.
En la tarde del día siguiente después de haber dormido como un bendito (ella), porque yo me la pasé como tlaconete en sal : vuelta, derecha e izquierda toda la noche con sus escalas técnicas para ir a orinar. Ovidio medio chiveado, sobre todo preocupado, vio a Chanita en la antesala de la consulta, y la hizo pasar para checarla a conciencia. Me dijo su opinión del vaso5.
---Antes les pido disculpen mi lamentable estado de anoche, y si el niño no nació, por algo debe haber sido. Dios tiene sus tiempos y por más que me lo quiero explicar, no hay nada para apoyar lo que enfrentamos. No sé antes de este suceso, de ningún trabajo de parto interrumpido después de rota la fuente. Hasta antes de eso hubiera jurado acerca de la imposibilidad ; no era posible ; aunque como dije, Dios tiene sus caminos, tiempos y propósitos. Ya te chequé mi linda yucatequita y te encuentro normal. El bebé se oye bien. Su corazón y pulmones están trabajando muy normal. Estás como si no hubiera embarazo. Aquel soplo que te detecté en tu primer embarazo, ya no se escucha. Quiero pensar en un milagro de Dios, porque tú, has hecho lo que se creía imposible : has interrumpido el trabajo de parto cuando la fuente ya estaba rota. No lo sé, ni quiero imaginarme qué pasó o está sucediendo. Ahora bien, ustedes son quienes tienen la última palabra ---dirigió su mirada hacia los dos : ¿Quieren adelantar el parto ?
--- ¡Nunca ! , ---el grito de Chanita fue tevelador ---. Sí ese niño no vino anoche, que le tocaba debemos esperar su llegada cuando Dios lo decida ---suspiró.
---Estoy contigo mi amor. ¿Usted qué dice ?
---Pues sí, debemos de actuar con cautela. No es una situación fácil, porque estamos ante un fenómeno único y necesitamos andarnos con cuidado, con mucha cautela. Por ningún motivo debes viajar Chanita. Lo siento por ti, Jorge Arturo ; pero deberás seguir viajando de San Bartolomé para acá y te ruego estés el mayor tiempo posible con ella, listo para cualquier contingencia. Yo voy a estar pendiente de ustedes las veinticuatro horas del día. No les dé pena hablarme a la cualquier hora, para eso están los amigos, máxime cuando tengo la pena de mi comportamiento anoche --- bajó la cabeza, tosiendo con molestia.
Chanita se puso de pséie, alisándose la falda.
---Gracias, Doctor Ovidio ---dijo ---. No fue su deseo y no nos va a dejar mal, lo sé.
---Gracias Doc. ---acoté ---. Estaremos en contacto. Prometo tenerlo al corriente.
---Gracias a ustedes, por su comprensión y cariño. Ténganme informado, por favor.
---Sí, Doctor, gracias ---dije. Salimos a la calle y le propuse caminar dando vueltas al parque, aprovechando pel sol esplendente. Caminamos en silencio hasta llegar al parque. Cuando pasamos a la altura del reloj, hice la pregunta inquietante para mí.
---¿En verdad te sientes bien o lo dices para no alterarme ?
--- ¿Me crees capaz de arriesgar la vida de nuestro bebé, por un caprichito de niña boba, ¿so boba ? ---su timbre sonó molesto.
---Ni lo mande Dios, ¡Ni pensarlo ! Tu no ibas a Inventar nada. Estoy seguro También siendo tú, siempre tan especial, ya estás entrando a formar parte del libro de Records de los Guinnes, ganado a pulso.
--- ¡Eres chistocito Jorge Arturo !
--- ¿Chistocito, por qué ?
--- ¿Crees que yo me inventé lo de la interrupción del parto ? ¿O quiero pasarme toda la vida engüerada ?
--- ¡No te hagas ! Aquí y en lChina... ---dije.
---Bueno, aquí y allá, le llaman engüerada a la embarazada que se pasa del tiempo del parto -explicó—. Si tus cuentas están bien, este nene ---se tocó la barriga --- ya lleva un día de más. ¿Se va a quedar aquí ?
La fuente se rompió el trece de mayo, curioso porque fue el día del cumpleaños de Chanita. Los días fueron pasando, y ella sentía dolorcitos, ardorcitos y todo lo terminado en diminutivos ; pero de ahí no pasó nada más digno de alarmarnos.

 

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