Cada cristiano es un ministro de Cristo para testificar.
Pablo fue apóstol , enviado a los gentiles, o sea los que son creyentes y no son judíos.
Dios le comunicó por revelación a Pablo en la Ciudad de Roma para los Efesios, el misterio de reunir en Cristo Jesús a Su iglesia. Juan 11:52, nos dice que Él vino para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.
Existe un misterio revelado, una comisión recibida y una sabiduría manifestada.
El misterio fue que el llamado de Dios era que todos, judíos y gentiles, es decir que todos sin excepción pueden formar parte del pueblo de Dios. No hay exclusividad. La iglesia es la comunidad formada por creyentes en Jesús de todo pueblo, lengua y nación, de todas las culturas. La revelación especial de Dios a la Humanidad ha Sido gradual. Dios habló a través de sus profetas y al final de todo, a través de Jesús. El misterio de la piedad es el nacimiento de Cristo. En Él se reunieron los hijos de Dios. El los convoca con Su vida y sacrificio, con Su resurrección.
Los ministros somos todos los creyentes llamados a anunciar el evangelio, con la fortaleza que recibimos del mismo Espíritu. La sabiduría es expresada en hacernos saber que podemos ser salvos al recibir a Cristo.