Escenario.
En el fondo, las imágenes de un castillo medieval. Al frente, una enorme poltrona sobre la cuál está sentado el Hombre. Tiene en su cabeza, un aro de luz, con luces que titulan.
Al abrirse el telón habla.
El Hombre.
Los patrones de pensamiento quieren controlar lo que pensamos, lo que queremos e incluso, imponernos lo que les conviene.
Estamos atrapados entre el miedo y la desinformación, que provocan desmoronamientos de la sociedad, que no sabe cómo enfrentar sus miedos y como superarlos.
1968 fue un parte aguas, donde la sociedad se convulsionó y al llegar los años 2000 en adelante la generación x y la millennials y la post-millennials se encerraron en patrones de pensamiento, dictados por las modas reguladas por los poderosos, que no siempre han buscado el bien de la sociedad sino más bien su dominio, mientras nos dejábamos conducir como ovejas al matadero, y pobre de aquel que se opusiera al control del pensamiento. Este tipo de control de pensamiento, como Festinger lo entendió y lo escribió cuando hablaba de las sectas son modelos aplicados para el control y El dominio y las masas desafortunadamente las masas quieren ser controladas sin siquiera pensar porque es más fácil vivir en la comodidad del dominio mientras tengas pan y circo para entretenerte y en ese sentido las redes sociales en cumplido su tarea porque es más fácil pasarte todo el día en el face que ver tu propia realidad y enfrentarte a tus propios demonios.
(El Hombre sonríe y el telón cae terminando la obra).